viernes, 17 de noviembre de 2006

La cruda realidad

Y aqui estoy escribiendo otra vez, por fin tengo un rato libre! Ha sido una semana muy movida pero ahora llega el turno de salir de marcha. Estoy empezando a darme cuenta de lo coñazo que son las clases de este ultimo año de carrera, los profesores cada día se superan más y las dan más coñazo. Lo que provoca que nadie les esté escuchando, que nos dediquemos a jugar con el móvil o a al ahorcado, que hablemos en un susurro continuo y demás ideas para matar el aburrimiento, ya que la asistencia es importante sino la clase estaría casi vacia por lo pelleros que somos.
En fin, que lo único que resalto de esta semana ha sido una conferencia sobre drogadictos en fase de reinserción. No llore ni nada por el estilo, pero no pude evitar que se me pusiera la piel de gallina y un escalofrío recorriera mi cuerpo oyendo sus historias. Cada una diferente, pero con un denominador comun: la droga. Un hombre cuya familia le dio de lado tras estar 20 años enganchado, ahora es un marido feliz con un hijo en el mundo y otro en camino; un colombiano con penas de carcel cuya mujer murió al dar a luz, lo que le hundió más en esa espiral de muerte y destrucción; y por último, una mujer viuda que perdió a su marido yonqui cuando se estaba rehabilitando de verdad y no en uno de sus varios intentos y que se dió cuenta de la adicción de su marido en el viaje de novios.

Escucharles ha sido para mi como una bofetada en la mejilla, una especie de "abre los ojos niña", el mundo no es tan bonito como lo pintan. Muchos prefieren no oir esto y hacer oidos sordos, que sigan viviendo en su hipocresia, y en esto a veces me incluyo, porque lloro, si, lloro por idioteces que para mi son un mundo y comparadas con esos testimonios se quedan en nimiedades. Ha sido una de esas veces que una conferencia me ha marcado, te replanteas muchas cosas despues de escucharlos...Mientras el mundo sigue girando y girando y cada uno de nosotros sigue con su vida.

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