miércoles, 22 de agosto de 2007

Me encantaría...

...hablar contigo como lo hacía antes y poder contarte todo lo que me está pasando. Me gustaría oir cómo te ries conmigo y la forma en la que escuchas mis historias de locos; o decirte que estoy nerviosa porque mañana tengo mi primera comida de prensa y es algo nuevo para mi. Me encantaría hablarte de mi vuelta a la radio, algo que nunca dejé, diga lo que diga Laso; o de que por fin he conseguido echar a mis padres y me quedo sola en casa durante muchos dias. Me alegraría ver cómo abres mucho tus ojos sin comprender como Ana y yo acabamos llenas de olor de perfumes de manzana y de piruleta, de maquillajes de colores y de cremas hidratantes mientras Fran se cortaba el pelo... no sabes lo difícil que es no contarte todo esto y que me cuentes tu vida y tus rayadas mentales, y todo lo que se te pasa por la cabeza...

Ayer me dí cuenta de que quizás he cambiado demasiado y ya no soy aquella niña de cuando me recordaban. Es sorprendente ver cómo proyectas una imagen totalemente contraria a cómo te sientes por dentro o cómo te ves tu por fuera. Ayer sonreí, como sonreí el lunes y sonreiré mañana, ya sea en el centro de Madrid, en un pueblo perdido, en la redacción o en el tren de las 8 de la mañana, o quién sabe, en un planeta lejano como ese principito del cuento. Solo espero que tu hagas lo mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Puca, nunca pierdas la sonrisa (porque nunca sabes quién se enamorará de ella). Parece que las cosas ahora van mejor, así que tienes que sentirte bien. Me ha hecho ilusión ver mi nombre y el de Fran.
¿Sabes qué creo? Que uno tiene que hacer lo que le apetece, lo que le haga sentir bien, y si a ti te apetece llamarle, aunque creas que no debes hacerlo, llámale y cuéntale eso y mucho más. No tiene sentido cortarse uno mismo las alas. Bastante tenemos con que los demás traten de hacerlo por nosotros.
Un besito, apa.